Durante la semana pasada del Gran Premio de Singapur, un posible rumor sobre el interés de McLaren en Fernando Alonso se reprodujo por cualquier medio de Fórmula 1 como si pólvora se tratase a pesar de lo improbable en un principio que podría parecer, incluso comentándolo el gurú shaolin de la Fórmula Alonso, Lobato, durante las retransmisiones del Gran Premio, alabando el interés, aunque viéndolo completamente complicado, pero dejándolo como algo que podría ser un buen movimiento dependiendo de las circunstancias (sorprendente de un tipo que no hace mucho hablaba de McLaren como algo peor del anticristo).
Pero aunque dependa de muchas cosas, pensar en un McLaren-Honda, que primero habría que ver si funciona pero sonar no suena mal, sin un primer espada en el cotarro chirría. Y de eso viene toda esta historia. Sin embargo, el mayor impedimento que tiene todo esto, además de temas de contratos y otros detalles que son más o menos rompibles dependiendo de las ganas del afectado, son las propias palabras de Alonso: "Quiero retirarme en Ferrari".
No hay que culparle de nada y de hablar de más menos. Es que Ferrari es el mito de la F1, los ferraristas amarán al piloto que lo da todo por el equipo (y no se puede negar que Alonso se deja casi todo lo que tiene) por lo que escenas como la que ocurrieron en Monza son totalmente comprensibles. Pero por eso mismo, hay que tener en cuenta que el estado de Ferrari es lamentable desde hace unos años y precisamente el buen hacer de Fernando maquilla todo esto evitando una revolución necesaria para algo que no funciona desde hace mucho. Y mientras él sigue ahí, perdiendo mundiales y manteniendo sin querer el status quo del equipo, por lo que no sólo tiene culpa de todo esto por formar parte de él, sino además por no dejarlo "morir".
Volviendo al principio, en todo este percal la opción de McLaren no es una tontería. Difícil, claro, más por las palabras y las promesas que por otra cosa, pero difícil aún así. Ahora Fernando procesa amor por Ferrari, aunque en su momento quiso irse a McLaren en aquel 2007 que demasiado estreñido recuerda y que en sus años mozos haya sido su equipo de los amores (Decoración imitando los McLaren-Honda precisamente), por lo que aunque su amor por Ferrari sea un segundo amor no es razón para culparle de ser un chaquetero, ni por irse a Ferrari entonces, ni aunque se fuese ahora a McLaren.
Pero ¿Se puede ir? Todo al que le he escuchado habla de la imposibilidad de este hecho, pero todos obviando un último caso: ¿Y si el Ferrari del año que viene es un pufo monumental? ¿Y si los rumores de que el motor Ferrari no podrá competir con el de Mercedes o el motor Renault se quedan cortos? ¿Otro año a remolque? ¿Otro año más a remolque? Que piense entonces irse a McLaren en 2015 no parece ya tanta tontería, sabiendo también que más de una vez se le ha notado que su paciencia empieza a acabarse, y que se le acabaría a cualquiera en su caso y con lo que ha vivido ya.
Pensar en un Fernando Alonso, con los ojos inyectados en sangre, con unas venas del tamaño de la M-30 recorriendo su cuello, antorcha en mano quemando la fábrica de Maranello hasta reducirlo a cenizas con todos dentro y echando sal después para que allí no crezca ni las malas hierbas y pirándose a McLaren. Lo veo. Divertido sería un huevo y también podría decir que lo que dijo era más o menos correcto: "He retirado a Ferrari".
Aunque lo creáis, no veo tantas películas...
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